Empieza pelando y picando finamente la cebolla. ¡Ay, esas lágrimas!
Derrite la mantequilla en una sartén, añade un chorrito de aceite y pocha la cebolla a fuego lento.
Añade las setas troceadas, salpimienta al gusto y sofríe un par de minutos o hasta que se reduzcan a la mitad.
Incorpora el arroz y remueve agregando el caldo poco a poco. Cuando el arroz se vea seco, ¡dale más caldo! Y así durante 15 minutos.
Cuanto el arroz esté al dente, apaga el fuego y añade el queso parmesano rallado.
Remueve la mezcla y déjalo reposar un par de minutos con la sartén tapada.
Sirve el risotto en un plato y decora con parmesano rallado, pimienta molida y un poquito de perejil fresco.
¡Ya lo puedes degustar con una copa de Sangre de Toro Original!